Durante una práctica de escala de Do mayor de dos octavas:

Yo: Quiero que pongas toda tu atención en el cambio de posición en la tercera cuerda.

Alumna: Bueno. (muy concentrada, resuelve muy bien el cambio. Su cabeza se acerca a la mano izquierda para ver mejor durante el cambio, desacomodando la postura).

Yo: Perfecto! Pero para solucionar este problema estamos creando otros. Tanta atención en la mano está haciendo que te distraigas del resto del cuerpo. Hagamos una cosa: cerrá los ojos durante el cambio

Alumna: (con cara de susto pero abnegada entrega al aprendizaje) Bueno. (el rostro preocupado se ilumina cuando se da cuenta de que el cambio se volvió más fácil de hacer con los ojos cerrados. Luego, una expresión de sorpresa). Pero, ¿Por qué es más fácil?

Yo: Antes tu referencia era visual, pero el diapasón y, sobre todo, tu cuerpo, no están afuera tuyo, están adentro. Al cerrar los ojos te pudiste concentrar más en lo que realmente tenés que “visualizar”. Que es el mapa interno de la guitarra.

Alumna: (vuelve a probar el cambio y sigue contenta)

Yo: ¡Que bien te sale! Vamos a cambiarlo:

Alumna: (mira con una mezcla de sorna y enojo que parece traspasar el monitor de la computadora por la cual transcurren todas mis clases desde Marzo).

Yo: Vos estabas con los ojos cerrados, pero tu mente todavía estaba mirando la mano izquierda. Ahora quiero que dejes de pensar por completo en la mano izquierda. Pensá en otra cosa, lo que quieras, por ejemplo, en como estás sentada, o en el pulgar del pie derecho.

Alumna: (nuevamente rostro de abnegación. Cierra los ojos. Toca la escala. El cambio no sale con precisión).

Yo: Fijate que interesante: el cambio no te está saliendo “bien”, pero, de todas maneras, en la pantalla, yo veo una acción muy cómoda de tus manos y tu cuerpo está relajado, ¿es así?

Alumna: Sí, me sentí más cómoda

Yo: Entonces, enfocate en esa sensación de comodidad y probá una vez más el cambio de posición

Alumna: (más serena, vuelve a cerrar los ojos, y, con total seguridad, resuelve el cambio de posición)

Yo: Fijate que, de alguna manera, el exceso de atención sobre un problema, también genera parte de eso que queremos evitar. No es que uno no tenga que poner atención, porque, si primero no lo hacíamos, no habríamos detecado el problema ni pensado una solución. Pero es interesante poder buscar una actitud en la que permitamos el movimiento más espontáneo del cuerpo, y la atención que ponemos en el movimiento para que salga como nosotros queremos a veces atenta contra eso.

Vecino imaginario que está escuchando la conversación, porque en las clases por Skype, hablo a los gritos: ¿Este tipo les estará cobrando a los alumnos por decirles tantas estupideces?


Bromas de lado, desde hace un tiempo persigo esta idea (de muy buen resultado en mi práctica y el trabajo con alumnos): ¿cuántas veces la preocupación que genera una dificultad no termina convirtiéndose en la dificultad misma? Y algo que está muy relacionado con lo anterior: es muy necesario, en el momento del estudio, crearnos un espacio en el que podamos experimentar nuestra técnica sin miedo al error. Y, aún más: buscar y valorar los errores que intentamos evitar, porque portan una información de mucha importancia. Aquí les dejo un breve “ensayo sobre el error” en el que propongo una “apología de los errores”.

“¡Que bien te sale! Vamos a cambiarlo”

Esta idea de “permitirnos el error” tiene que partir del concepto de buscar lo que desconocemos. Desde luego que cuando se toca en público se intenta acertar, y se intenta hacer lo que mejor se sabe. Pero, durante la sesión de estudio, considero fundamental practicar lo contrario, es decir, buscar el reverso de aquello que dominamos, y, aún más, el contrario de eso que “nos gusta”. Es una herramienta muy útil para facilitar la exploración de cosas que nos son desconocidas. Muchas veces, el rol de presentarnos algo desconocido es el de nuestro maestro. La práctica de contradecirnos a nosotros mismos durante el estudio es una forma de incorporar al maestro en uno mismo.

 

¿Están de acuerdo con mi vecino imaginario? ¿Se quedaron con preguntas, como mi alumna? ¿Hacen un trabajo parecido cuando estudian? Aquí abajo habilité una sección de comentarios. Me encantaría conocer sus opiniones. ¡Gracias por la visita y la lectura!


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